Paul Kahn sostiene que el orden político no se funda en el contrato sino en el sacrificio, y que toda comunidad política, incluso una liberal, está verdaderamente unida por la fe, el amor y la identidad por encima de toda otra consideración. Puesto que el liberalismo es ciego ante el sacrificio, sostiene el autor, es incapaz de explicar cómo el Estado moderno nos ha conducido al mismo tiempo al imperio del derecho y al borde de la aniquilación nuclear. El liberalismo en su lugar se nutre de la filosofía, la teoría cultural, el constitucionalismo estadounidense, los estudios literarios y religiosos y la sicología política para demostrar que solo yendo más allá de las categorías liberales de la razón y el interés podemos comprender el yo moderno. El amor, dice, es el fundamento de un mundo de sentido objetivo, una de cuyas formas es la comunidad política. A partir de esta perspectiva Kahn ofrece una nueva lectura del debate entre liberales y comunitaristas, una genealogía del liberalismo estadounidense, una exploración de lo romántico y lo pornográfico, una teoría de la voluntad y una refundación de la teoría política sobre la posibilidad del sacrificio.