La universidad es institución, es decir, tal como el Estado o la familia, una organización, una normalización de la vida, que pretende someterla a ciertas reglas preestablecidas. En el caso de la universidad, esa institucionalización tiene por finalidad posibilitar el pensamiento, es decir, la apertura a lo desconocido, a lo otro, a aquello que se halla fuera de toda previsión y control, incluso a lo excepcional, a lo inusitado. Estos dos momentos, a saber, institucionalización y excepción, se hallan en permanente conflicto y determinan la vitalidad y el drama de la institución universitaria. Las reflexiones que el presente ensayo contiene poseen dicha tesis como su núcleo central. A partir de un análisis general del sistema universitario chileno y las discusiones de los últimos años, se propone una reflexión acerca de la naturaleza de la universidad, lo que la hace ser pública, su financiamiento y su papel en una sociedad pluralista.